martes, 28 de mayo de 2013

Contracturas Musculares

La contractura muscular consiste en una contracción persistente e involuntaria de un músculo, activando directamente los nervios del dolor.

Ocurre cuando se mantiene por mucho tiempo una actividad sin dar lugar a que el cuerpo descanse y se relaje, entonces sobreviene lo que se conoce como agotamiento o fatiga muscular por estrés.

Si no le ponemos remedio en un periodo corto de tiempo, el músculo fatigado provoca un dolor crónico de la zona, afectando a músculos y articulaciones anexas.

¿Por qué aparecen?

La más común, es por exigirle al músculo un esfuerzo superior al que esta capacitado, ya sea por alguna situación puntual, por un esfuerzo repetitivo o un esfuerzo mantenido.

Otra causa importante es la debilidad muscular, en este caso el músculo no tiene la fuerza y resistencia necesaria para desarrollar las tareas diarias. Suele ser más habitual en los músculos situados a ambos lados de la columna y la región lumbar.

Por otra parte, algunas anomalías de la columna vertebral favorecen que unos grupos musculares estén trabajando constantemente más de lo necesario, lo que les predispone a contracturarse.

También afecta el sedentarismo, los músculos se encuentran hipotónicos por lo que las contracturas son más susceptibles ante cualquier esfuerzo.

Otra de las causas más comunes son las contracturas y tensiones ocasionadas por el estrés. Éste estado emocional libera elementos químicos que llevan a la contracción involuntaria y sostenida del músculo, incluso cuando estamos descansando.

En el deportista

Aparecen como consecuencia de un esfuerzo o movimiento brusco donde el músculo por no haber estado preparado produce un acúmulo de desechos metabólicos dentro de las fibras musculares, éste se queda contraído causando molestia o dolor.

Por ejemplo en el gimnasio, cuando se coge más peso del debido, cuando se realiza un esfuerzo constante o cuando se adopta una mala postura en la ejecución del ejercicio.

Otro tipo de contractura es la que aparece después del ejercicio, provocada porque algunas de las fibras musculares han sido distendidas o sometidas a un trabajo excesivo, causando lesiones y dolor.

Algunas recomendaciones

Evita las posturas mantenidas por periodos de tiempo prolongados. Cuando estas leyendo un libro o frente al ordenador el movimiento hacia delante de tu cabeza hace que los músculos del cuello y parte superior de la espalda se tensen para contrarrestar el peso de la cabeza.

Las malas posturas provocan dolores que determinan la existencia de esfuerzos musculares estáticos, fundamentalmente en la espalda, las cervicales, las lumbares y hombros.

Realiza ejercicios específicos de relajación muscular, con el fin de contrarrestar esa tendencia y evitar la repetición de la crisis.

El estiramiento muscular es un factor clave, tiene que ser rutinario, es imprescindible conocer sus distintas técnicas, dependiendo del caso una ejecución incorrecta podría estar contraindicada.

Como las combatimos

El tratamiento dura dependiendo de la gravedad, si es crónico, puntual o el origen de la dolencia es otro.

En nuestro centro te realizamos una terapia personalizada. 
Es importante conocer tu estado de salud  y hábitos diarios para conocer el origen del dolor. La edad, el trabajo, el estrés y el deporte mal dosificado son factores a tener en cuenta.